sábado, 20 de junio de 2020

Alta en el cielo

Se cumplen cinco años de la consagración de Comercio de Villa Dolores en el Nacional de Clubes Menores A de Mendoza. Las voces de los protagonistas recordando la gesta deportiva del conjunto villadolorense, en PDT.


FUENTE: PDT

La bandera de Club Comercio de Villa Dolores, representando a Federación Cordobesa de Handball, fue izada en lo más alto un 20 de junio de 2015, como alguna vez lo hizo Manuel Belgrano, el creador de nuestra enseña patria.

Transcurrieron 1.825 días desde aquel festejo histórico sin precedentes para una ciudad de poco más de 40.000 habitantes, un logro significativo para una institución que año tras año intenta "colarse" entre los mejores del país.


PDT rememoró con los protagonistas de aquel campeonato las vivencias de un equipo que ganó los cinco partidos que disputó (20-16 a Sedalo y 25-9 a Acha de Mar del Plata en la fase clasificatoria; 28-18 a Unión Línea Sur de Río Negro en cuartos de final, 23-20 a General Alvear de Mendoza por semifinales y 31-16 nuevamente a Sedalo en una final inolvidable).


Martina Mattio, asistente técnico de Maximiliano Rivarola, expuso las expectativas previas al torneo: "siempre se entrena para ir a ganar, como alguna vez dijeron la medalla o el trofeo es el resultado de cada uno de los entrenamientos. Sabíamos y sabemos que los Nacionales de Clubes "A", dentro de las competencias oficiales, son los más duros del país. Años anteriores habíamos perdido una final, por ende siempre pensamos que hay posibilidades, sin desconocer quizá algunas limitaciones que teníamos y la que más pesa hasta el día de hoy, que es la competencia a nivel provincial".

Camila Fantino, refuerzo de Cief de Villa María junto a Sofía Palermo en ese torneo, nos cuenta cómo se adaptó al grupo y a lo que le pedían los entrenadores: "con el grupo súper bien. Normalmente es difícil para mí relacionarme con casi un equipo entero, pero la calidez del grupo fue tal que al poco tiempo me hicieron sentir muy cómoda. Por el lado del juego, si bien nos enfrentábamos por los puntos, no le prestaba tanta atención a las técnicas, pero Maxi (Rivarola) a la hora de explicarnos fue exacto. Solamente había que seguir bien la indicación y no eran cosas que nunca habíamos hecho, capaz las realizábamos pero de una forma diferente".


Rocío Salagre, extremo izquierdo, goleadora del torneo (39 tantos en total, promedio de casi ocho por partido) y elegida dentro del equipo ideal, expresó lo que recuerda de ese certamen: "cuando fuimos era un equipo que no se tenia fe, que para muchas era su primer nacional. El viaje también fue complicado, ya que viajamos con poco espacio y demoramos demasiadas horas, pero a pesar de todas las dificultades y las distintas situaciones económicas, sin embargo, con todo nuestro esfuerzo y valorando el esfuerzo de quienes nos acompañaban, pudimos salir campeonas".


A la hora de señalar virtudes de aquel gran equipo dentro y fuera de la cancha, Fernanda Salvay, otra de las destacadas del elenco "pitojuan", afirmo que "lo principal en mi punto de vista es el compañerismo, fuera y dentro de la cancha. pero también la concentración, la garra, todo el espíritu que se puede poner y la gran conexión que había entre las jugadoras. Fue un equipo de grandes amistades y eso también puede haber sido una grandísima ayuda, aparte de lo buenas jugadoras que eran".

Una persona especial entre las jugadoras fue Rubén Debernardo, 62 años, radicado en la ciudad de Córdoba, por aquel entonces chofer de la empresa Arco Iris Tours que trasladó a Comercio a disputar el Nacional de Menores A en Mendoza. En su traffic sonaba siempre la canción "Marchate Ahora" del grupo Los Totora, cábala que adoptó el grupo durante todo el campeonato, hit imborrable en la retina de las protagonistas: "era muy motivador el hecho de poner la música y que adonde íbamos entrábamos ganando, te das cuenta lo que dije? Venían recontra motivadas, en ganadoras desde que se levantaban, desayunaban, salían ganadoras".


A propósito, Debernardo también rememoró lo que sucedió en la capital del buen vino: "soy papá, tengo cuatro hijos y esos cuatro hijos siempre reciben algún comentario de lo que hace la gente de Comercio. No es tan fácil formar a un ser humano, a una chica que el día de mañana va a ser mamá, esposa, va a criar, a dar valores. Yo me sentí parte y agradezco siempre al grupo humano que me dió la posibilidad de compartir ese momento".

Afirmó que "lo que me llamó la atención del grupo de chicas es el respeto, la forma en la que trataban a Martina (Mattio) y que se manejaban con Maxi (Rivarola). Otras chicas no le hubieran llevado el apunte, le hubieran dicho sí, sí, sí y, sin embargo, ellas me transmitieron la sensación de que eran totalmente distintas de grupos que yo normalmente llevaba a bailar de Córdoba a Carlos Paz o a alguna fiesta. Podían hacer lo que quisieran, pero sabían cuándo la cosa venía en serio y cuándo en broma".

Para describir la huella que dejó para Debernardo aquellos días, basta leer la declaración a continuación: "enormemente agradecido siempre a Maxi por haberme dado la posibilidad, primero, de darme trabajo, que es muy importante para mí, pero también poderme integrar a ese grupo, de haber gritado cada gol (se quiebra su voz y llora a través del audio) con las chicas y haberme entristecido con Rosario (Garrido), que me diera bronca cada vez que entraba una pelota. Conocí un grupo genial".


Volviendo a lo estrictamente deportivo, Salvay destacó lo que le dejó el Nacional "uf, qué difícil explicar esto. Ante todo, una felicidad terrible y un sueño que no se puede explicar, no sólo por la experiencia de viajar con mis compañeras y amigas, sino también del solo hecho de saber en esta larga historia que tiene el handball de Comercio y con tantos nacionales recorridos, fuimos, y por ahora somos, la única camada que logró ese semejante objetivo. Realmente un sueño hecho realidad".


Sobre si "olfateaba" algo dentro del grupo y en lo deportivo que les hiciese pensar en que se podía, Mattio destacó que "si uno se pone a observar la foto de las jugadoras que hoy siguen en actividad, hay grandes figuras, grandes personas (eso es importantísimo dentro del grupo), algunas chicas que le dejaron y hasta el día de hoy le siguen dejando mucho a nuestro club, de tal forma que te permite ver o soñar con que será un muy buen torneo. De hecho lo fue. En el momento en que se le ganó a Sedalo el primer partido y de esa forma tan contundente, empezamos a soñar".

La villamariense Fantino explica si hubo algún momento en particular que le permitiese visualizar un horizonte tan llano de cara a lo que disfrutarían al final: "el grupo estaba bueno, veníamos teniendo partidazos, el haberle ganado a Sedalo sumaba un montón y nos impulsó a querer más. Algo que me acuerdo es que jugamos un partido que, si bien lo ganamos, habíamos tenido muchos errores y no nos gustó a ninguna. Parecía que la situación era otra, pero nos re ayudó a no repetir a lo largo del torneo otro partido de igual manera. Hasta último momento ni pensé en decir "Ya está, ganamos". Solamente se me pasó por la cabeza cuando quedaban cinco minutos e íbamos unos cuantos tantos arriba".


Salagre, junto a la arquera Garrido, patentaron una jugada que le brindó grandes satisfacciones y sorprendió a los rivales de turno, que padecieron la salida rápida desde el arco y el contraataque perfecto: "lo practicábamos muchas veces en los entrenamientos y justo en ese torneo nos dimos cuenta  que sorprendíamos al rival, lo pusimos en práctica".

A la hora de contar sensaciones a lo largo del torneo, Mattio explicó que "una vez que arrancó, recuerdo que nuestro primer partido fue con Sedalo, y demostraron realmente estar a la altura, equipo al que derrotaron también en la final. Fue un equipo muy parejo, pero sobre todo con una gran dinámica en el juego. Esto les permitió tener un crecimiento sostenido, partido tras partido se mejoró mucho y eso nos daba más chances de poder traer la copa a nuestra casa". 


En consonancia con el párrafo anterior, Salvay indicó que "ese es un sentimiento que por ahí lo sentimos a diario en cada nacional, pero ese fue uno muy particular. En nuestra zona nos había tocado Sedalo, un equipo porteño que nunca una camada había podido ganarle. Nosotras como siempre con mil nervios de jugar contra ellas (eran casi todas jugadoras de selección), tuvimos la garra y el corazón más que suficiente. Le ganamos por diez goles. Nunca lo voy a olvidar, aunque después nos volvimos a encontrar en la final, con las tribunas repletas de gente, y las palabras justas de Maxi salimos a romper la cancha".

Sobre la abultada diferencia que Comercio le sacó a Sedalo de Buenos Aires en la gran final (31-16, parcial de 9-1 en el comienzo), Salagre aseveró que "nunca nos imaginamos que íbamos a ganar por tanto, pensamos que iba a ser un partido más parejo".


El recibimiento al llegar a Villa Dolores en la noche del sábado 20 de junio, del que este cronista fue testigo directo, resultó conmovedor para las protagonistas por la repercusión que tuvo el evento en la sociedad villadolorense. Al respecto, Martina Mattio dijo que "la verdad es que esperábamos a los papás y familiares de las chicas, a decir verdad lo que más nos sorprendió fue ver al grupo de jugadoras (que ya no seguían en el club, porque estaban en Córdoba estudiando) que años anteriores habían perdido la final, en la misma cancha (Luján de Cuyo) y con el mismo equipo (Sedalo), vinieron a recibirnos muy emocionadas. Recuerdo también algunos papás de esas jugadoras, quienes fueron grandes referentes en las comisiones del handball del club, uno de ellos nuestro querido Hugo Aguirre, papá de Caro, excelentes personas. Esas cosas son invaluables, no se compara jamás con un trofeo. Los campeonatos son una circunstancia, uno elige como vivirlo".


La pivote Fernanda Salvay expreso que "tengo recuerdos de cuando llegamos, todas nuestras familias esperándonos, hicimos caravana y terminamos comiendo en el Jockey (frente al cine), con una fiesta re linda. festejando de la mejor forma". También Rubén Debernardo dijo que " está imborrable en mi mente, en mi corazón, el recibimiento que tuvimos por parte de los papás cuando llegamos a altas horas de la noche, a la madrugada a Villa Dolores".

Las arqueras Rosario Garrido (dentro del equipo ideal del torneo) y Anna Aballay, Azul Hernández, Melina Murúa, Elina Gallardo, Fernanda Salvay, Fátima Merlo Calvo, Camila Salagre, Talía Tobares, Romina Sánchez, Rocío Salagre, Sofía Palermo y Camila Fantino nunca podrán borrar de sus retinas aquel sábado 20 de junio de 2015, en el Polideportivo Luján de Cuyo de tierras mendocinas, donde estamparon el título para Villa Dolores por primera y única vez en la historia. Alta en el cielo.








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