lunes, 18 de mayo de 2020

Piloto de primera línea

Protagonistas de la época recuerdan al villadolorense Ernesto Mario Soto, en una producción de PDT.





FUENTE: PDT

El 12 de junio del año 2017, el Autódromo Municipal de Villa Dolores fue reinaugurado con su nombre, en consonancia con la cuarta fecha del Campeonato Regional Traslasierra.

Es que debía llevar el nombre del estandarte del automovilismo, piloto que fue campeón del Argentino de Rally Clase "B" en 1980 (Renault 12) y en dos ocasiones en Clase "3" (1984 y 1987 con Renault 18). Además, compitió con un Lancia en Europa, donde consiguió el tercer lugar del podio en el Rally de Portugal.

El 17 de febrero de 1997, a los 42 años de edad, su luz dejó de brillar a causa de una crisis hipertensiva que le provocó un Accidente Cerebro Vascular con complicaciones neurológicas irreversibles.


Panorama Deportivo Transerrano intentó reflejar, a través de declaraciones de protagonistas de aquellos tiempos, lo que significó el "Cabezón" para su Villa Dolores natal, y para que su legado se transmita de generación en generación en una ciudad que respira automovilismo por sus poros.


Luis Rivero, auxilio de los autos de rally entre 1977 y 1984, integrante de la Comisión Municipal de Automovilismo durante varios años, nos dejó sus testimonio de cómo recordaba a Ernesto Soto: "lo recuerdo como todo el mundo, era un excelente piloto, de primera línea. Me animo a decirte, que a los tiempos de hoy, hubiese sido un piloto de punta. Lo ví correr en muchas ocasiones, muchos rally, se notaba la diferencia. Al final de cada prime, el reloj te marcaba la diferencia de lo que era como piloto".


Hubo una anécdota que le quedó grabada para toda su vida por lo que le tocó hacer: "en esa época yo andaba de auxilio con los autos de los Luna (padre y Raúl) que corrían con los R12, eran semi oficiales. Recuerdo una carrera, un Gran Premio de San Juan, el equipo Renault, que siempre teníamos contacto con ellos porque estaban autorizados para brindarnos algún repuesto que nos llegara a hacer falta. Estaban los tres R18 con Recalde, Soto y Moroni y llegaron a una asistencia en medio de la ruta. Los dos mecánicos que tenía el equipo oficial no daban abasto y él me pide que necesitaba regular los frenos del auto. Da la casualidad, que llega el jefe de equipo de Renault y me ve que estoy trabajando en los autos. Le pregunta porqué estoy yo y Ernesto le comenta que yo era del pueblo de él, que era conocido, que andaba con el equipo de Luna y como no le daba los tiempos, me pidió regular los frenos y controlar agua y aceite, que era lo que se hacía en ese momento".


Gabriel Raies, asesor del presidente de Toyota, Top Race y Súper TC 2000 y dentro de la Agencia Córdoba Deportes, nos "pintó" un pantallazo general de los duelos que tenían por esos tiempos: "no eramos amigos, teníamos una muy buena relación, compartimos muchos años pero no llegamos a ser amigos como yo podría haber sido con Jorge (Recalde) o el "Turco" Badra. Era un tipazo, muy bonachon. Cuando él empezó, nosotros ya estábamos corriendo y se instaló muy bien. Era muy rápido arriba del auto, cuando estaba inspirado era muy difícil ganarle. Ganó en todos los caminos que corrió en el país, también ganó con la coupe de fuego en TC 2000. Tengo el máximo respeto hacia él, fue una excelente persona. Desgraciadamente, como Horacio, como Jorge, se fueron muy jóvenes, pero "tipos" que uno ha llegado a querer muchísimo".


También contó a PDT un recuerdo imborrable: "tuvimos muchas peleas deportivas de auto a auto. Un día, un prime en Río Ceballos - Salsipuedes lo empatamos en minutos, segundos y décimas Recalde, Soto y yo con tres R18, una cosa increíble. Está, se lo puede buscar en ACRyR. Eso demuestra lo que peleábamos, a morir para ganar. Eramos todos muy competitivos. Esa época fue histórica".


Marcelo Ingaramo, periodista de automovilismo en Cadena 3 Argentina y editor responsable del sitio web Cadena3Motor.com, además de cumplir tareas de coordinación en el Centro de Ensayos y Circuito de Pruebas de Oreste Berta S.A, también accedió gentilmente a recordar a Soto, desde su rol: "lo pude seguir porque yo comencé con mis actividades periodísticas sobre finales de 1984, cuando se estaba corriendo el Campeonato de Rally. Yo era estudiante de periodismo y una de mis primeras carreras, colaborando con algunos medios, fue el Rally de las 24 horas de Tanti. Me acuerdo de haberlo visto en esa carrera que la terminó ganando. Fue muy especial porque, por un sistema de reglamento, lo habían excluido a Jorge Recalde, porque creo que había pasado la largada con el motor detenido de uno de los tramos".


El periodista especializado en automovilismo desde 1984 continúa su relato: "siempre venía en los tiempos de punta, ahí empecé a conocerlo. Descubría un poco su perfil como corredor, cuál era su estilo, su método, su proceder en las carreras y también conocerlo, a pesar de que era una persona bastante parca en sus expresiones y demás. Bastante pude conocer a través de Martín Christie que por entonces era su navegante y después, en esa época, yo trabajaba en Motores en Marcha en Canal 10, en Motta Producciones y esa empresa tenía un seguimiento muy especial en las distintas fechas del Campeonato Argentino de Rally. Me tocaba ir a las carreras, trabajar al lado de la ruta, hacer entrevistas".


Sobre las características de Ernesto Soto como piloto, Ingaramo nos detalla que "era un profesional muy aguerrido, muy veloz, dotado de un talento espectacular para manejar esa clase de autos. Era un piloto que interpretaba lo que le podía dar la performance del auto que le entregaba Renault y realmente se convirtió rápidamente en un referente de la categoría, en una época en donde ganar por el Campeonato Argentino no era sencillo porque los rivales eran muy encumbrados y esto jerarquizaba la victoria de uno o de otro. De ganar Soto, le tenía que ganar a Recalde, a Raies, a Bescham, a Mario Stilo, a Miguel Torrás, a un sinnúmero de pilotos que dió esa época. Para mí, fue la Generación Dorada del Rally Argentino".


La mentalidad de Soto se manifiesta de lleno en las apreciaciones del periodista cordobés: "Ernesto era un piloto que largaba para ganar. Sabía de su capacidad, sabía de su talento, sabía cómo interpretar una carrera, cómo encontrarle la situación a una carrera, en qué momento atacar, en qué momento definir y cuando no le tocaba ganar, era muy difícil que se bajara del tercer escalón del podio. Queda siempre en el análisis porqué habían sido tan buenos pilotos y los que vinieron a ellos un poco tomaron el ejemplo para ver videos, haberlos visto al costado de la ruta. Eran "tipos" muy seguros al manejar y, a la vez, funcionaban muy rápido".


A la comparación histórica entre dos íconos del automovilsimo del Valle de Traslasierra, Soto y Recalde, Ingaramo plantea lo siguiente: "hubo diferencias muy marcadas a la hora de que los dos, hasta un cierto límite de potencia como eran los R18 (180, 190, 200 caballos de potencia). Eran muy parejos, cada uno tenía su estilo. Los dos funcionaban muy rápidos, pero me parece que Jorge estuvo un escalón adelante y lo pudo demostrar porque cada vez que Recalde accedió a autos de muchísima potencia (Ford Escort en la década del 70', Mercedes Benz, Lancia o Toyota) llegó a manejar casi 600 caballos de potencia, es decir tres Renault 18 juntos. Nunca cometió errores y siempre estuvo en los tiempos. Todos se preguntan qué hubiese pasado si Ernesto accedía a esa clase de autos y va a quedar la respuesta inconclusa, porque sólo accedió a un Lancia de Grupo N durante una temporada cuando lo patrocinó la petrolera estatal. La comparación va a existir siempre, sobre todo la pasión de Traslasierra, de Villa Dolores y Mina Clavero. Los dos hicieron caminos distintos, les tocó vidas distintas, oportunidades distintas y solamente se midieron entre ellos hasta los 180, 190 caballos de potencia".


Sobre cómo era Ernesto Soto fuera de un auto de carrera, Ingaramo decía lo siguiente: "un tipo muy simpático cuando estaba en charla de amigos, en una mesa de café, la forma de expresarse, ja. Yo disfrutaba mucho de cómo hablaba, de su tonada, del lugar que él representaba, Villa Dolores, donde hay una pasión por el automovilismo muy grande. Abajo del auto a veces era bravo, muy difícil, era de discutir, de pelearse".


Hay una anécdota que lo describe de "cuerpo entero", que a continuación el periodista experimentado de Córdoba nos regala en carne propia: "una vez que ganó un Rally en Villa Mercedes, Provincia de San Luis, terminó la carrera como a las dos de la tarde de un domingo. Lo fui a entrevistar, como lo entrevistaba siempre, a los ganadores de todas las clases. Cuando lo voy a entrevistar: "te robo dos minutos porque me tengo que ir rápido a Córdoba, que tenemos el programa a las diez de la noche". Me miró y me dijo: "estoy tomando una Fanta". Bueno, pero dame dos o tres minutos porque me tengo que ir con tu nota, con tus palabras, con tus expresiones para el programa de la noche. "No tengo ganas, no voy a hacer declaraciones, estoy tomando una Fanta". Bueno, me miró el camarógrafo, enrollamos el cable del micrófono y nos fuimos. Ernesto era así".


Pero no quedó ahí porque "después, el día lunes cayó al canal, pidió hablar con nosotros y pidió disculpas, que se había equivocado, que era su forma de ser. Tengo buenos recuerdos de él, era muy chistoso, hacía bromas. Permitime mandarle un fuerte saludo a su familia, que los conocí a todos y a todos sus hinchas de Villa Dolores, que siempre lo tienen al "Cabezón" como el estandarte, en una tierra donde dió muchísimos corredores y campeones argentinos, porque uno no puede olvidarse de Villa Dolores sin recordar a Badra, Sergio Colosi, Osvaldo Damilano y a un montón de pilotos".










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