martes, 21 de abril de 2020

El Peti de la gente

En el día del cumpleaños 167 de Villa Dolores, testimonios de protagonistas nos cuentan lo que significó Daniel Esteban González para el fútbol de Liga Dolorense. Todos los detalles de su carrera en PDT.


FUENTE: PDT - DATOS ESTADÍSTICOS GENTILEZA GUILLERMO SAPPIA

Nació en Villa Dolores un 11 de abril de 1943, hijo de Cipriano González y Rosario Ortega. Se jubiló como empleado municipal, pasando desde el barrido de las calles, ordenanza, hasta la oficina de Industria y Comercio en su última etapa como activo.

En 1957, con tan solo 14 años de edad, estampó su firma en el Libro de Registros de Liga Dolorense de Fútbol para jugar en Barrio Ardiles, bajo la atenta mirada de sus progenitores. Debutó en primera división un 28 de agosto de 1960, jugó en Presbítero Ardiles, fundó su querido Sportivo Sargento Cabral en el barrio que lo vió nacer y hasta se dió el lujo de enfrentar al Huracán de César Menotti del año 1973 jugando para Casino de Merlo, ante la talla de figuras como Brindisi, Babington y Houseman, entre otros.


Disputó 71 partidos oficiales con la camiseta de Belgrano de Córdoba, totalizando 21 goles, en el período comprendido entre 1963 y 1967, conformando una delantera de lujo para aquellas épocas junto a Ramos, "Palito" Mameli, Dalombo y el "Tucho" Liciardi.

Para conocer su brillante carrera como futbolista, Panorama Deportivo Transerrano realizó un trabajo de reconocimiento y homenaje con testimonios, para que aquellos que "peinan canas" y otros que recién corren detrás de una pelota, recuerden y descubran a una de las glorias del fútbol dolorense.


Alejandro Recalde, reconocido periodista de nuestro medio, nos expresó lo siguiente: "yo tuve la suerte de verlo jugar al "Peti", donde brilló fundamentalmente en Sargento Cabral. No lo recuerdo bien jugando para Belgrano, donde tuvo un paso muy rápido, donde no se acostumbró y por eso, quizás, tuvo un retorno apresurado".

Además, "en Sargento Cabral era un jugador distinto, excepcional, un armador increíble, un temperamento envidiable para ponerse el equipo al hombro. Pero donde más lo disfruté, donde más se destacó, fue defendiendo los colores de la selección de Villa Dolores. Cada partido que jugaba el Peti para Villa Dolores era un lujo disfrutarlo dentro de una cancha de fútbol".

Recalde continúa con elogios para González: "nosotros siempre decíamos que el Peti González cabeceaba en dos tiempos, se elevaba y arriba se volvía a elevar". Tanto lo apreciaba que en el adiós terrenal del enganche, media punta "tuve el honor, por autorización de su familia, de despedirlo en el cementerio cuando nos dejó para siempre. La gente lo sintió mucho, porque era un ídolo, un referente".

Como legado para las futuras generaciones "dejó un sello distintivo siempre para que la gente lo pueda recordar de la mejor manera. Una persona correcta, donde sus hijos han seguido el camino de su padre. Una vez me decía el hijo, que también ha dirigido a Sargento, que su padre siempre le inculcó de que dentro de una cancha de fútbol hay que transpirar hasta la última gota de sudor, que no hay que llevarse nada a la casa".


Para proseguir con protagonistas que tuvieron el honor de compartir plantel o enfrentarlo, Vity Zanni, uno de los mejores arqueros en la historia del fútbol local, nos contó lo siguiente: "era un gran jugador, tuvimos grandes enfrentamientos entre Comercio - Sargento Cabral".

Para describirlo con sus características, el ex guardameta "pitojuan" indicó: "siempre estaba con la cabeza levantada, de una pegada impresionante. Cada vez que había un tiro libre, por supuesto Daniel Esteban González se paraba delante de la pelota. Tuve la suerte que me hiciera algunos goles, pero también tuve la suerte de una vez atajarle un tiro libre que pasó por arriba de la barrera. En el entretiempo, se acercó y me felicitó porque le dije que lo había gritado prácticamente al gol y la alcancé a arañar".

Por si cabía alguna duda, Zanni indicó que "era un jugador excepcional, creo que ha sido, lo que tuve la suerte de ver, el mejor jugador que ha tenido Villa Dolores en los últimos 50, 60 años por lo menos. De una categoría distinta, un pie distinto, pero sobre todo un trato con la pelota y con el rival espectacular. No era capaz de darte un puntapié, un codazo, no era capaz de nada. Era una persona que jugaba al fútbol, muy respetuosa adentro y afuera de la cancha".

El respeto y la admiración ajena también se pone de manifiesto: "recuerdo un gol que me hizo en un partido Sargento - Comercio, empatamos 1 a 1. A cuatro, cinco metros fuera del área, un tiro libre que le pegó tan bien, pasó por el costado de la barrera y la clavó en el ángulo. No atiné a nada, me dejó parado, no tuve mejor cosa que hacer que aplaudirlo".

Para cerrar su relato, Vity nos expresa: "tuve la suerte de considerarme, no sé si su amigo, pero tenía un gran aprecio por él. Sus hijos han sido alumnos míos y la verdad que vienen de una familia maravillosa. Los hijos deben estar orgullosos del padre que han tenido. El Valle de Traslasierra debe estar orgulloso del hijo que tuvo en el fútbol cordobés como ha sido el Peti González".


Osvaldo Uriz, ex jugador de Comercio, lo enfrentó cuatro años, fue dirigido por él en la institución "pitojuan", y se deshizo en elogios: "tenía una presencia, ubicación. Entendía el juego, todo giraba alrededor de él. Pegada corta de media y larga distancia excepcional, un jugador exquisito, muy difícil de marcar, además goleador".


Uno de sus hijos, Esteban Eduardo, hasta el campeonato anterior director técnico de San Martín de San Pedro, quiso recordar a su padre dentro de un campo de juego: "yo era muy chico cuando él dejó el fútbol a los 39 años y yo tenía seis años, así que no recuerdo mucho. Sí recuerdo apenas dejó que empezó a jugar en los veteranos y hacía cosas distintas".

Sobre las características como futbolista de su padre, Esteban declaró que "yo veía un tipo que pensaba las jugadas antes de recibir la pelota, pateaba bien con las dos piernas por igual. A pesar de su estatura, cabeceaba bien, con los ojos abiertos, saltaba muy bien, era una virtud que él tenía".

También "de chico nos juntábamos a jugar en el Polideportivo los martes y jueves con un grupo y yo lo veía jugar. La verdad que, por ahí hago mal porque soy el hijo (risas) en hablar de esta manera, pero era distinto, un jugador que hacía cosas diferentes. Ya con su edad, le he visto tirar "chilenas" a los 65 años por decirte, una elasticidad, un cuidado tenía".

Al hablar de cómo era puertas adentro de su casa, nos decía que "como padre, un ejemplo, una persona que no le gustaba andar con medias tintas, era blanco o negro. Era sí o no y el ejemplo de no decirte una mala palabra, una persona que se llevaba bien con todo el mundo, por eso nosotros los hijos tenemos que tratar, y yo que estoy en el ambiente del fútbol, de no hacerlo quedar mal, porque la verdad que fue un ejemplo adentro y afuera de la cancha".


Hasta el año 2016, Daniel González fue el máximo artillero de Liga Dolorense con 184 conquistas y se despidió del fútbol federado el 14 de enero de 1982, aunque tuvo su partido despedida el 7 de marzo del mismo año frente a Sarmiento, con todos los honores, como sólo él lo merecía.

Nos dejó físicamente un martes 21 de enero de 2014, aquejado por una complicación pulmonar, cuando tenía 70 años de edad. Su señora, Graciela Segura y sus seis hijos, Daniel Alejandro, Esteban Eduardo, Juan Ricardo, Angélica Edith, José Guillermo y Graciela Belén lo extrañan demasiado, cada día de sus vidas. 

El fútbol también, pero el legado ya es eterno, de por vida, transmitido de generación en generación, como las leyendas de los grandes de verdad. Porque siempre fue, es y será el Peti de la gente. Prohibido olvidarlo.
















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